Cuántas veces te ha pasado que tienes un presentimiento de que algo no va bien en tu vida pero te niegas a aceptarlo y procuras darle al mundo una cara inventada para que vean lo bien que la pasas. No te has puesto a pensar que por eso intentas subir cientos de fotos a tus redes sociales, aparentando una vida relajada y novedosa, pero por dentro te abruma la realidad de vivir todos los días exactamente lo mismo.
Las peleas en casa, preparar el desayuno, almuerzo, cena. Tus hijos, esposo o esposa que no agradecen tu esfuerzo y sacrificio que a diario haces. Ropa tirada y cestos llenos para lavar. Platos sucios, limpiar la casa, trabajar, recibos por pagar, tus hijos van mal en la escuela, sólo piden y piden y quieren estar a la moda, con lo último en tecnología, mejores marcas de ropa, zapatos y ser cool con sus amigos, hijos que no te respetan, no te ayudan. Tú jefe te trae del cuello, tus amigos sólo están cuando hay algo que celebrar o invitar, o sólo te buscan para pedir favores. Tú esposo o esposa tienen sus escondidos, coquetean en facebook, utilizan las redes sociales para fantasear. Tus suegros no te quieren. En el peor de los casos te estás divorciando, perdiste la custodia de tus hijos, tu hogar es un infierno, perdiste tu trabajo, te fue mal en un negocio, sacrificaste tus oportunidades para ayudar a tu familia, empezaste otra relación equivocada, te montaron el cuerno, tus hijos crecieron y están tan ocupados que ni tiempo de llamarte tienen... repites una y otra vez la rutina a la que te acostumbraste....El espejo no miente y estás envejeciendo más rápido de lo que quieres.
Tú vida es una malteada de sentimientos y problemas que prefieres maquillarla y vivir en lo mismo día a día por el miedo al que dirán, por el miedo a la soledad, por el miedo a fracasar, por el miedo a perder, por el miedo a dejar lujos y vanidades, por el miedo a esa sombra que no permite que los rayos del sol entren a iluminar tu vida. Vives con una benda en tus ojos que te hace pensar, creer y decir que todo marcha a las mil maravillas. Cuantas veces no has llorado en silencio, con el corazón en la mano y dices todo va a estar bien, cuando en realidad sabes que siempre va a ser lo mismo.
Rompe esas cadenas, recuerda que fallar es bueno, perder es bueno, caer es bueno, llorar es bueno, decir adiós es bueno, terminar tu relación es bueno, enfermar es bueno, deprimirse es bueno, que te rechacen es bueno, sufrir es bueno, estar en sólo es bueno...
Lo malo es que te quedes aceptando una y otra vez lo que te hace daño, estancado, esperando que tu vida cambie sin mover un sólo dedo.
Así como el agua necesita fluir libremente, así es tú mente, cuando se estanca en podredumbre de pensamientos y rutinas enfermizas, tu vida puede empezar apestar sin que te des cuenta. Los años pasan y sólo podrás decir que hice con mi vida.
Empieza a tomar el control de tus emociones. Eres un ser maravilloso que merece ser feliz. No importa que tengas 30, 40, 50, 60 o más, nunca es tarde para sonreír de verdad. Nunca es tarde para empezar y para decirle al mundo lo valioso que eres y que tienes derecho a equivocarte pero también que tienes derecho a cambiar tu vida por algo mejor. No caigas en lo mismo una y otra vez... Aprende a reflexionar antes de volverte a equivocar.
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