Dicen que los ojos son el reflejo del alma y es algo de lo que estoy completamente segura.
No se si a ustedes les ha pasado, que siempre son las que tienen que bajar la cabeza en casi la mayoria de las cosas, dejar tus sueños a un lado, sacrificar parte de tú vida y quedarte enterrada en vida, simplemente por llevar la fiesta en paz.
Por más que te duelan las cosas tienes que callar, tienes que disimular y lo peor de todo, cuantas lagrimas hemos derramado en silencio, las secamos y seguimos actuando como si nada pasara.
Es irónico saber que no todo lo podemos solucionar, pero que mentimos y ocultamos nuestro dolor por temor a reacciones fuertes de nuestra pareja, de nuestros amigos, de nuestros hermanos, de nuestros padres, de nuestros hijos e incluso hasta de nuestra suegra.
Cuantas veces aguantamos humillaciones y desplantes, palabras altaneras, gritos, malas caras, malos comentarios y sarcasmos que nos duelen y hieren nuestro corazón.
Cuantas veces en silencio nos tenemos que tragar nuestro orgullo y actuar como si no pasara nada, simplemente para llevar un hogar en armonia.
Cuantas veces nos miramos al espejo y encontramos un reflejo llamado soledad. Cuantas veces secamos nuestras lagrimas como cuando secamos nuestro cabello, simplemente para que los demás nos vean bien.
A veces es tan grande la carga que llevamos encima, que no solo es la nuestra, sino que tenemos que llevar la de nuestro esposo, nuestros hijos o la de las personas que viven con nosotros.
Si alguna vez nos preguntan que callamos la mayoria de las mujeres, la respuesta no tendria fin. Son tantas cosas que pasan por nuestra cabeza y solo permanecen ocultas para los demás y acumuladas para nosotras.
Miradas tristes, sonrisas fingidas, maquillaje de felicidad que nos ponemos para demostrar seguridad, demostrar que tenemos un hogar casi perfecto, unos hijos maravillosos, unos suegros adorables, unos hermanos unidos, unas amigas sinceras y una vida ideal que ni en el cuento de hadas existe, porque siempre encontramos a la horrible madrastra y a las pesadas hermanastras que hacen la vida de la princesa cuadritos.
Se que podemos ocultar un dolor físico y podemos ocultar un dolor emocional. Callamos todo lo que pueda herir a los demás.
Pero si en algún momento nos detenemos a pensar si todo lo que callamos es lo que nos esta destrozando por dentro y nos hace las mujeres mas infelices del mundo, cambiariamos nuestro silencio por libertad, por superación y dejariamos atrás sin remordimiento todos esos sacrificios por nosotras mismas.
Las preguntas que me hago una y otra vez es por que somos nosotras las que tenemos que callar y aguantar para que todo funcione en armonía?
Por qué somos nosotras las que tenemos que llevar las riendas del hogar? Por qué somos nosotras las que tenemos que buscarle solución a todo? Por qué somos nosotras las que tenemos que complacer y no que nos complascan? Por qué somos nosotras las que tenemos que ser estrictas con nuestros hijos y vernos como las malas del paseo? Por qué somos nosotras las que tenemos que perdonar y olvidar? Por qué somos nosotras las que somos juzgadas peor que criminales si actuamos mal? Por qué somos nosotras las que tenemos que bajar la cabeza y actuar como si nada pasara?
Asi como me hago mil preguntas se que hay mil respuestas que pueden cambiar nuestra perspectiva de vida que tenemos. Respuestas que estoy segura nunca las diremos simplemente por no destruir ilusiones y esperanzas que no son nuestras y que estamos dispuestas a callar para hacer feliz a alguién más.
No se si a ustedes les ha pasado, que siempre son las que tienen que bajar la cabeza en casi la mayoria de las cosas, dejar tus sueños a un lado, sacrificar parte de tú vida y quedarte enterrada en vida, simplemente por llevar la fiesta en paz.
Por más que te duelan las cosas tienes que callar, tienes que disimular y lo peor de todo, cuantas lagrimas hemos derramado en silencio, las secamos y seguimos actuando como si nada pasara.
Es irónico saber que no todo lo podemos solucionar, pero que mentimos y ocultamos nuestro dolor por temor a reacciones fuertes de nuestra pareja, de nuestros amigos, de nuestros hermanos, de nuestros padres, de nuestros hijos e incluso hasta de nuestra suegra.
Cuantas veces aguantamos humillaciones y desplantes, palabras altaneras, gritos, malas caras, malos comentarios y sarcasmos que nos duelen y hieren nuestro corazón.
Cuantas veces en silencio nos tenemos que tragar nuestro orgullo y actuar como si no pasara nada, simplemente para llevar un hogar en armonia.
Cuantas veces nos miramos al espejo y encontramos un reflejo llamado soledad. Cuantas veces secamos nuestras lagrimas como cuando secamos nuestro cabello, simplemente para que los demás nos vean bien.
A veces es tan grande la carga que llevamos encima, que no solo es la nuestra, sino que tenemos que llevar la de nuestro esposo, nuestros hijos o la de las personas que viven con nosotros.
Si alguna vez nos preguntan que callamos la mayoria de las mujeres, la respuesta no tendria fin. Son tantas cosas que pasan por nuestra cabeza y solo permanecen ocultas para los demás y acumuladas para nosotras.
Miradas tristes, sonrisas fingidas, maquillaje de felicidad que nos ponemos para demostrar seguridad, demostrar que tenemos un hogar casi perfecto, unos hijos maravillosos, unos suegros adorables, unos hermanos unidos, unas amigas sinceras y una vida ideal que ni en el cuento de hadas existe, porque siempre encontramos a la horrible madrastra y a las pesadas hermanastras que hacen la vida de la princesa cuadritos.
Se que podemos ocultar un dolor físico y podemos ocultar un dolor emocional. Callamos todo lo que pueda herir a los demás.
Pero si en algún momento nos detenemos a pensar si todo lo que callamos es lo que nos esta destrozando por dentro y nos hace las mujeres mas infelices del mundo, cambiariamos nuestro silencio por libertad, por superación y dejariamos atrás sin remordimiento todos esos sacrificios por nosotras mismas.
Las preguntas que me hago una y otra vez es por que somos nosotras las que tenemos que callar y aguantar para que todo funcione en armonía?
Por qué somos nosotras las que tenemos que llevar las riendas del hogar? Por qué somos nosotras las que tenemos que buscarle solución a todo? Por qué somos nosotras las que tenemos que complacer y no que nos complascan? Por qué somos nosotras las que tenemos que ser estrictas con nuestros hijos y vernos como las malas del paseo? Por qué somos nosotras las que tenemos que perdonar y olvidar? Por qué somos nosotras las que somos juzgadas peor que criminales si actuamos mal? Por qué somos nosotras las que tenemos que bajar la cabeza y actuar como si nada pasara?
Asi como me hago mil preguntas se que hay mil respuestas que pueden cambiar nuestra perspectiva de vida que tenemos. Respuestas que estoy segura nunca las diremos simplemente por no destruir ilusiones y esperanzas que no son nuestras y que estamos dispuestas a callar para hacer feliz a alguién más.
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