Escribir es la mejor forma de transmitir lo que pensamos y sentimos.  A lo largo de la vida experimentamos circunstancias que nos enseñan a ser sobrevivientes de nuestros propios errores.  Unas veces triunfamos y otras veces fracasamos intentando salir adelante.  Dar a conocer nuestras vivencias es la mejor forma para compartir con aquellas personas que están viviendo situaciones similares a las nuestras.  Aprender de la vida no implica que tengas que ser viejo,  tener el pelo pintado de blanco y tu cara y manos llenas de arrugas para evitar cometer errores.  Implica que para aprender tenemos que fallar, tenemos que vivir, tenemos que caer y tenemos que aprender a levantarmos. La vida te enseña a cualquier edad, el problema está en saber tomar el consejo y aprender la lección para no volver a equivocarnos.

Cuantos de nosotros tenemos o hemos tenido un amor platónico, pienso que todos. Desde niños creamos estereotipos e idealizamos amores no correspondidos.  Por ejemplo, apuesto que muchos se enamoraron de su maestra de primaria, de su profesor de educación física, de la mamá de su amiguita o del hermano mayor de tu mejor amiga,  de su compañerito de salón, de tú primo o prima, etc. y adivina,  en la mayoría de los casos ni siquiera la persona que pensabas todo el día y soñabas con ella o él lo sabia. El amor platónico por definirlo de una forma fácil es un amor puro, inocente e imposible según nosotros, un amor de pelicula y nada más. Cuando es pasajero y con el pasar de los años sólo quedo en eso.  Pero en otras ocasiones se convierte en obsesivo y frustrante. Tenemos que partir que el amor platónico es conocido como ese sentimiento de amor imaginario, perfecto e idealizado desde lo más profundo de nuestro ser.  Una de las caracteristicas más releva...